Soy la peor persona del mundo, lo sé y lo siento mucho. Tiene la
vida entera que no me digno a escribir nada aquí. Pero antes de que se olviden
de mi existencia por estos lares quiero que sepan que en verdad tengo una buena
excusa... o excusas en realidad, que al mismo tiempo es un poco de la historia
en este año que he estado desaparecida.
Primero
que nada está mi mudanza. Desde finales de agosto del 2014 me mudé finalmente a
Seúl. Desde el momento en que me subí al camión -muerta de miedo, por si
andaban con el pendiente- que me traería a esta ciudad todo ha sido una
aventura tras otra. Unas más divertidas que otras, unas con más drama del necesario pero aventuras a
final de cuentas. Ese primer día en Seúl descubrí lo difícil que es una mudanza
sin nadie que te ayude. Créanme, no es nada divertido cruzar media ciudad
cargando dos maletas y una bolsa en pleno verano. La humedad no es mi amiga y
para colmo descubrí que mi nuevo hogar estaba situado en el cerro. No, no es
broma, literal vivo en el cerro; me toma 30 minutos caminar de la entrada de la
universidad a mi dormitorio y no, contra todo pronóstico, ese descubrimiento no
fue la peor parte... La peor parte fue cuando descubrí que mi habitación estaba
en el 3 piso... En un edificio en el cerro... Sin elevador... Con 7 cajas
llenas de libros, discos, ropa y demás nuevas adquisiciones. ¡Ah! Y claro, mis
2 maletas que subir. De verdad sentía que la vida se me iba, afortunadamente la
vida a veces no es tan horrible como pensamos y me encontré con un señor que al
verme pelear con mis maletas se ofreció a subirlas por mi -¡oh gran salvador de
extranjeros en problemas!- y después con
una conocida de Chungnam -la otra universidad- que me ayudó a subir el resto.
¡Que la fuerza siempre este con ellos!
Habiendo
sobrevivido a la mudanza del mal, la ingenua de Magdalena pensó ingenuamente -
sé que es redundante y sinceramente no me importa, es para enfatizar el
punto- que eso sería lo peor; que después de acostumbrarse a vivir en un cerro
y tener que caminar 30 minutos para bajar a la civilización nada podría ser
peor. ¡Oh, la ignorancia!
El 1 de septiembre partí con mucho nervio y
emoción a la primera clase de la maestría.
¿Qué tan
difícil podría ser? - "¡O sea por
favor! Si ya terminé una maestría, hacer la segunda va a ser súper fácil.
Además estudie 1 año de coreano ¡Un año!"-exclamó la princesa ingenua- Este pensamiento duró exactamente lo mismo
que Peña Nieto divertido en una biblioteca… menos de 2 minutos. En cuanto el
profesor de la primera clase de la primera hora de la primera materia del resto
de mi maestría comenzó a hablar tuve un micro infarto. ¡¿Qué demonios?! Ese
idioma alienigena del más allá a mi nadie me lo enseñó ¡a mi te timaron! En un rango de 1 hora pasé
de un "¡Qué carajos es esto!" a un muy maduro "¡Quiero a mi
mamá!" Para finalizar con deseos de extradición como "¡mándenme a mi
casa!" Y de muerte tal como "¡Alguien por favor, quien sea, apiádese
de mi alma y máteme!"Al terminar esa clase, mis ánimos estaban tan bajos
que podría jurar que o encontraron petróleo o estaban jugando cartas con
Satanas.
Por
suerte, porque no todo es esta vida es malo, me encontré con una amiga de
Egipto que conocí en Daejeon (en ese entonces conocida y ahora además de amiga
se ha convertido en un pilar de mi vida académica). Sin ella tal vez ya estaría
en México y no aquí disculpándome por el abandono a mi blog.
El
semestre fue una mezcla de estrés, noches enteras sin dormir, más estrés,
reclusión voluntaria, y a veces no tanto, en mi habitación o en la biblioteca,
más estrés, amigos nuevos, un concierto, libros, presentaciones, reportes
finales y ...creo que se me olvidó mencionar el estrés.
La
verdad, ahora que miro hacia atrás me doy cuenta que a pesar de todo el
cansancio y agotamiento mental y físico, no cambiaría nada... Aprendí muchas cosas tanto a nivel académico como
personal, conocí a gente nueva y re descubrí a quienes ya estaban en mi vida.
En esta etapa, a la que llamo "Capítulo
dos" de mi vida en Corea, ya no hay maestros que te cuiden como a
un hijo o hermano sólo por ser extranjera, ya no está quien te ayude a hacer un
trámite porque mi tiempo de adaptación terminó y ahora es tiempo de avanzar.
Gracias a
Shisus el semestre terminó y fuera de una gripa por el cambio de estación y un
poco de vómito causado por el estrés y 3 días sin dormir -Por favor no le digan
a mi abuelita que es capaz de subirse al primer avión que encuentre para
ponerme en mi lugar y darme todos los remedios que conozca - aprobé todas mis
materias. No existe mejor sensación en el mundo que aquella que llega cuando te
has convertido en un zombie y te regresan a la vida con la noticia de buenas
calificaciones.
Al
finalizar el semestre el espíritu navideño me pasó un poco de noche y eso no lo
podía permitir, así que me arme de villancicos, regalos y hasta un pastel con
un Santa Claus incluido y junto con mi amiga Norma llegué a Daejon donde
celebramos con otros amigos Mexicanos en su restaurante. La comida nos cayó
como regalo de los Dioses -Quetzalcóatl, te ofrezco a los profesores que me
hicieron sufrir en sacrificio y agradecimiento-
y después nos fuimos a los bolos. Para su información, apesto poquito en
este deporte(?) pero no tanto como esperaba. Año nuevo llegó y se fue sin pena
ni gloria y trajo un nuevo semestre que me estresó menos a nivel personal pero
a nivel académico me dejó viviendo en la biblioteca. ¿Sabían que tenemos algo
muy similar a las camas adentro de las instalaciones de la biblioteca? ¿No? Pues ahora ya lo saben... No son lo más
cómodo del planeta pero cubren su función.
-¿Cuándo te convertiste en un experto en teoría Foucoliana? -Anoche (Cualquier parecido con la realidad No es coincidencia) |
Así es
como llegamos al final del segundo semestre, sin mucho que reportar porque la
verdad no hice mas que quemarme las pestañas, perder el tiempo que debería de
estar estudiando pensando en que ya no quería estudiar mas y después
desesperándome porque no tenía tiempo para terminar todo lo que tenía que
hacer. Creo que me encontré canas nuevas y he empezado a pasar por una
transformación que estoy segura me llevará a ser un panda. El café corre por
mis venas y he aprendido a tomarlo amargo; no dejo el modo zombie hasta que se
termina la primera taza y mi relación amorosa con mi cama y mi almohada esta
pasando por una situación difícil, al punto que me han puesto un ultimátum: o
tus libros o nosotros... La vida no es fácil.
Las
vacaciones de verano comenzaron hace 2 semanas para la gente normal y la vida
ha demostrado que o me odia demasiado para negármelas o me ama de una forma un
poco torcida - como para aplicar lo que dice mi abuelita "porque te quiero, te
aporreo" - y mandarme una clase en verano. En 3 semanas tengo que leer,
hacer y aprende lo que estaba programado para un semestre entero... Me queda
una semana y la transformación a panda casi se completa...sólo espero que sea
reversible.
Esa fue
mi súper explicación de mi desaparición del blog y otras redes sociales, lo
cual se puede leer como un "no actualizo redes sociales porque he dejado
de tener vida social"...lo sé, es muy triste pero no le puedo hacer nada
al respecto. El semestre que entra veo en mi futuro un poco de lo mismo y tal
vez empeore porque quiero mejorar mi coreano y ando viendo mis opciones al
respecto. Se aceptan donaciones a la causa "clases de Coreano para los
necesitados" . Interesados favor de depositar a la cuenta de HSBC numero
1234-567-9871 a nombre de su estudihambre favorita: YO
Ahora si,
déjenme regresar a mis deberes que los he postergado para dejarles saber que
sigo viva.
Posgrado, ¿Por qué no me dejas dormir?? |